En nuestra labor como monitores de Tiempo libre vamos a encontrarnos diversas situaciones en las que tendremos que hacer las veces de socorrista.  Tradicionalmente
los socorristas se han ocupado de aliviar el sufrimiento físico pero
actualmente cada vez es mayor la preocupación por aliviar a la vez el
psicológico, entendiendo a la persona como un todo. De ahí la importancia de esta entrada como guía para mejorar nuestra labor a la hora de abordar primeros auxilios psicológicos.
La mayor
dificultad para dar auxilio psicológico a las personas estriba en su enorme
disparidad de reacciones posibles. Por extensión, los primeros auxilios
psicológicos son los actos o actitudes que van a prodigar a una víctima con una
“lesión psicológica”.
La
aplicación de los primeros auxilios psicológicos, consistentes en “ayudar de
forma inmediata a las personas a atenuar los conflictos emocionales causados
por la vivencia de situaciones traumáticas, mediante la utilización de técnicas
simples basadas en métodos o teorías psicológicas”, requiere dos tipos de
respuesta: Saber ser y Saber hacer.
Como
socorrista debes proceder teniendo en cuenta los sentimientos de la persona
afectada, aplicando humanidad y sensibilidad. Saber ser y estar: se trata de
dar una respuesta de carácter interpersonal.
Al mismo
tiempo debes adquirir los conocimientos y técnicas necesarias que te permitan
actuar adecuadamente en cada situación, en coordinación con el resto de tus
compañeros: saber hacer. Es una respuesta de carácter técnico que debes
utilizar, complementándose con el resto de los miembros del equipo.
La
primera aproximación al afectado es transmitirle que está ahí para ayudarle y
que vas a seguir estando el tiempo que sea necesario.
Se tiene
que ser consciente de que en la fase inicial la víctima puede estar en estado
de shock y puede mostrar alternativamente inestabilidad afectiva (como estar
aturdido), o reacciones emocionales intensas (lloros, gritos,…). No te alarmes,
son comportamientos normales que se dan ante situaciones anormales. Tu labor en
ese momento es la de:

Apoyar:
haciendo sentir a la persona que está acompañada.

Escuchar:
ayudándole a expresar sus temores, su pena, sus sentimientos.

Orientar:
sugiriéndole, si está desorientado, lo que debe hacer en ese momento.
En los
primeros auxilios psicológicos, la escucha es el principio más importante. La
persona afectada debe poder contar, si lo desea, lo que le ha pasado; expresar
tanto sus pensamientos como sus emociones. Es posible que su relato suene
bastante increíble, pero es lo que piensa que le ha pasado. Solamente se tiene
que hacer preguntas, si aclaran aspectos que puedan mejorar la ayuda. A veces
el silencio acompañado de silencio es la mejor ayuda.
La
finalidad de los primeros auxilios psicológicos y apoyo humano es en suma:

Aliviar el sufrimiento de la persona.

Facilitar la rápida reorganización de su actividad.

Prevenir el agravamiento.

– Contribuir
a su restablecimiento físico.