Algunas estrellas parecen más
brillantes que otras. Esto no significa necesariamente que la estrella
brillante sea mayor o de más luz que la estrella más pálida. La luminosidad
aparente (cuán brillante nos parece) depende de tres aspectos: cómo es
de grande, a qué distancia está de la Tierra y cuánta luz emana por
diámetro de la estrella.
Para nosotros la estrella más brillante es el sol, aunque es tan solo una estrella de tamaño medio, parece la más brillante
porque es la más cercana a la Tierra.
Medimos la luminosidad de las
estrellas tal y como se ven a simple vista, en una escala llamada escala de magnitud. Hiparco, un astrónomo griego, midió la importancia de las
estrellas por su luminosidad y utilizó la palabra magnitud para
describir su brillo relativo. Magnitud significa grandeza. En los tiempos
antiguos, debieron pensar que cuanto más brillaba una estrella, mayor era su
tamaño.
Una estrella muy brillante tendría una magnitud de 1 ó menos, mientras
que una estrella más débil, una magnitud de 6. Cuanto menor sea el
número, más luminosa es la estrella. Con un telescopio muy potente se pueden
ver estrellas muy débiles más allá de la magnitud 20. Puedes ver estrellas con
una magnitud de 6 o 7 a simple vista bajo un cielo muy despejado y sin Luna.
Los planetas más brillantes tienen una magnitud de -1 a -4.
Desgraciadamente,
la contaminación lumínica de las ciudades impiden que veas muchas estrellas que verías si estuvieras en total oscuridad. Aunque hay billones de estrellas, sólo podemos ver aproximadamente 2.500 estrellas a simple vista de una sola vez y bajo las mejores condiciones.
Por lo tanto: la magnitud mide la
luminosidad de una estrella a simple vista, no cuánta luz despide, ni cómo es de
grande.