La
Casa Azul fue una Ciudad estado en las cercanías de Roma. De hecho hay indicios
de que fueron fundadores de lo que se conoció como Imperio Romano.

Desde
el inicio fue una Casa muy activa, deseosa de conquistar todas las metas que se
encontrase en el horizonte. Por bandera optaron por el color azul como
representación de ese infinito a alcanzar, esa línea que separa el mar y el
cielo.

Fueron
incansables navegantes, fieros guerreros, pero sobre todo conquistadores,
ansiosos de descubrir nuevos lugares para hacerlos crecer y mejorarlos, con los
conocimientos y habilidades que habían adquirido a lo largo de los años.

Su gente querían ser los primeros en todo, y sabían que tenían la habilidad de
serlo, y de hecho han sido grandes líderes que han llegado al éxito
repetidamente. Para recordar este potencial, los de esta Casa se saludan
levantándole la mano al cielo a la otra persona, en señal de vencedor.

En
sus inicios mantenían una fuerte rivalidad con la Casa Roja, rivalidad que, al
entrar a formar parte de la Escuela, transformaron a modo lúdico-deportivo,
creando así las Olimpiadas de la Escuela, inicio y continuación de los llamados
Juegos Olímpicos
Aún hoy día ambas Casas se atribuyen el origen de esta actividad,
que todavía se realiza como parte fundamental de la Escuela.

A
lo largo de los años ha habido grandes equipos de la Casa Azul, algunos con
cierta oscuridad, y otros algo más celestes, también hay que decirlo. De entre
los blasones famosos están los del Halcón con la Casa Morada en los inicios y
el gran blasón del Martín pescador. O el blasón del Águila en tiempos del
Imperio Romano.

Por tradición los blasones de la Casa Azul han sido animales de aire o
del mar. Salvo algunas famosas excepciones como el Equipo Gorila en fusión con
la Casa Amarilla. Otros importantes han sido el Equipo Congrio, el Equipo
Cangrejo, que bajo este blasón conquistó muchos años seguidos las Olimpiadas. O
la repetidamente fusión con la Casa Rosa en el Equipo Salmón.