Llamamos Cabuyería al arte de hacer nudos, a la disciplina encargada de realizar y reconocer los nudos, vueltas y amarres, los cuales tienen sus propias características y, dependiendo de estas, sus funciones. Porque, según el uso que le vamos a dar a un nudo, deberemos hacer uno u otro, y si lo hacemos mal, o usamos un nudo incorrecto, puede provocarnos pérdidas de tiempo, molestias, ineficacia, o incluso nos puede poner en riesgo en caso de actividades de aventura.
La cabuyería existe desde que existe el uso de cuerdas, y posiblemente donde más se ha desarrollado ha sido en el inmenso mundo del mar y de la navegación, en el que los nudos son una parte fundamental y vital, incluso hoy día. En esta entrada vamos a hacer solamente una breve introducción a la cabuyería, explicando algunos conceptos básicos a tener en cuenta que nos pueden venir muy bien en nuestra función como monitores Al aire libre.
En cabuyería, a lo que comúnmente se conoce como cuerda se le llama cabo. El cabo está formado por dos chicotes (los extremos), y por un firme (lo que resta a los extremos). Cuando unimos los chicotes formamos una circunferencia, o semi circunferencia que llamamos seno, y si cruzamos los chicotes cerramos el seno, dando a lo que se conoce como una coca. El interior del cabo, es decir, el alma, está recubierto por una camisa que protege al cabo del exterior, y puede medir más, o menos, dando lugar a cabos de distinta mena, es decir, grosor.
Hay muchos tipos de cabos diferentes, atendiendo a su material (sintéticos, naturales, pita, nylon,…), a su mena (de menor a mayor mena, del hilo al calabrote), o a su función (amarras, vientos, sondalezas,…)
Dentro de lo que comúnmente se conoce como nudo, distinguimos tres categorías diferentes:
– El nudo propiamente es la unión de un cabo con otro cabo.
– La vuelta es la unión de un cabo con otro elemento que, por lo general, está fijo.
– El amarre es la unión de dos elementos, fijos o móviles, y puede estar formado por varios nudos o vueltas.
En cabuyería, a la hora de determinar el nudo o amarre que vamos a realizar, habrá que tener en cuenta la función que necesitamos de este y, dentro de los posibles candidatos, optaremos por el más resistente. Pero a la vez, por el que sea más fácil y rápido de realizar, sin que de opción a confusión, y por el que menos se azoque (cuando el nudo se aprieta), para que después de su función, igualmente sea fácil y rápido de deshacer.