El campamento es un espacio natural en el que se desarrollan los fenómenos más estudiados en la sociología y la psicología social. Es una fuente de relaciones humanas, una microsociedad que nace y se estabiliza para luego morir con una rapidez asombrosa, pero ante todo el campamento es un claro ejemplo de pertenencia a un grupo. Esto nos lo demostraron Sheriff y Sheriff en un curioso experimento.
Ambos investigadores pretendían estudiar el concepto de “grupo” y la pertenencia a uno, así como observar cómo surgen las fricciones y la cooperación entre varios grupos humanos. Y lo hicieron en un marco concreto: un campamento de niños y niñas.
El lugar elegido fue un campamento de verano en La Cueva de los Ladrones (Oklahoma), allí, 22 niños y niñas de once años comenzaron su experiencia de grupo. Fueron divididos y alojados en dos grupos de tiendas dentro del mismo parque. Ninguno de los dos grupos debía saber de la existencia del otro. La primera semana de campamento fue, básicamente, estrechar lazos dentro de un mismo grupo, creando un sentimiento de pertenencia bastante fuerte, quizás una de las claves por la cual esta Actividad tiene tanto éxito y valor educativo dentro del Tiempo libre.
Durante la segunda semana de campamento, ambos grupos se conocieron y empezaron a interaccionar por medio de actividades competitivas. Todas ellas iban acompañadas de su correspondiente puntuación para delimitar qué equipo era el vencedor en el juego de campamento
En este momento comenzaron las fricciones entre los grupos: se negaron a comer en el mismo comedor en la zona de campamento, aumentaron los conflictos y la situación se hizo insostenible. Aquí nos gustaría hacer un inciso para aclarar que se trataba de un experimento controlado, ya que un verdadero monitor de Tiempo libre no debe nunca dejar que la situación llegue hasta estos extremos en un campamento.
Una vez llegados a este punto, comenzó la última fase del campamento: la fase de cooperación. Los investigadores pretendían estudiar la reducción de las tensiones dentro de un grupo. Mediante varias actividades cooperativas consiguieron que ambos grupos acercasen posturas y volviesen a comer juntos, se ayudasen y relacionasen mutuamente y, en definitiva, volviese a reinar la calma en el campamento.

Como vemos, un campamento es un lugar que trasciende las barreras de las relaciones humanas, haciendo que los participantes magnifiquen por completo sus sentimientos positivos y negativos. Es, entre otras muchas cosas, un ejercicio importante de control emocional, un espacio de educación en valores y un lugar en el que surgen multitud de relaciones humanas. Un campamento es toda una experiencia de vida.